lunes, agosto 24, 2009

La tradición de la CF mexicana

Hace un par de semanas, en el programa "Entrelíneas" de canal 22, canal de TV cultural de la Ciudad de México, hicieron una pequeña mesa redonda con algunos cienciaficcioñeros mexicanos. Desgraciadamente sólo pude ver los últimos 10 o 15 minutos del programa (era una repetición) pero una pregunta se me quedó muy grabada en la mente, la hizo la conductora (o conductor, no recuerdo) "¿existe una tradición de la ciencia ficción mexicana?".


Medio cucho el logo.... ¿será esto?

Había cuatro cienciaficcioñeros en la mesa redonda, pero sólo reconocí a Alberto Chimal, (muy calladito en estos úlimos minutos de la entrevista), por eso no recuerdo quién contestó la pregunta, lo que sí recuerdo es que su respuesta fue contundente: "No". No recuerdo el choro del resto de su respuesta, pero sí recuerdo que estuve de acuerdo con él casi de inmediato.

Pero he estado reflexionando en estas últimas semanas (bueno, por lo menos el programa sirvió para algo): ¿exactamente qué se entiende por "tradición"? ¿Una forma de trabajar, de desarrollar historias? ¿Un camino "correcto" o -como se conoce en informática- una "best practice"?

Quizá tradición se refiera a un estilo literario, o a la temática que sigan las historias o a la forma en que se narran las historias, el vocabulario usado o el tratamiento de los personajes; quizá es muy difícil llegar a alguna definición exacta y haya que usar lógica difusa: comparar las obras cienciaficcioñeras para tratar de encontrar puntos o áreas en común. Si uno considera los relatos cienciaficcioñeros mexicanos, no hay ningún punto en común. Cada quién hace lo que quiere cuando quiere o cuando puede. Realmente no hay algo que se pueda llamar "tradición".
Pero revisando toda la obra que se considera de ciencia ficción o fantasía mexicana y latinoamericana (Amado Nervo, Juan José Arreola, Carlos Fuentes, Alberto Ruy-Sánchez, entre los mexicanitos, Adolfo Bioy Cásares, Angélica Gorodischer y el propio Jorge Luis Borges entre los argentinos, etc., etc. y más etc.) SÍ se empiezan a resaltar alguno puntos en común: la fantasía, la perspectiva novedosa al ver cosas y sucesos comunes, el juego con el idioma (y hasta con otros idiomas, Fuentes de repente usa exclamaciones e interjecciones en inglés y prácticamente todos a veces usan frases en latín para apoyar algún párrafo).
¿Estos puntos o áreas en común conforman una "tradición"?

Pienso que una serie de características literarias conforman un estilo, entonces, ¿será que un estilo que ha estado en boga durante muchos años conforman una tradición?
La narrativa que caracteriza a la ciencia ficción actual es directo y descriptivo, sin ambigüedades ni adornos; como la ciencia ficción proveniente de Estados Unidos es la que está más en boga, a este estilo se le podría llamar "americano"; sin embargo, existe el estilo no-lineal, no-descriptivo y de habilidad literaria que caracteriza a muchos escritos latinoamericanos.
¿Ésta será la tradición mexicana -y por ende, latinoamericana?

¿O será el estilo grotesco y kitch de nuestras películas de luchadores (El Santo era un santo, por eso luchaba tanto) y de las películas de la "época de oro" del cine mexicano?


¡Santo!, ¡Santo!...., ¿o será esto otro?

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domingo, agosto 09, 2009

El 6o Sol

Según la mitología prehispánica, la humanidad ha vivido varias etapas conocidas como "soles", así tenemos el primer sol, el segundo sol, etc., cada etapa también es conocida como mundo, entonces se puede hablar del mundo del primer sol, el mundo del segundo sol, etc.

La leyenda que habla sobre esto se conoce como "La leyenda de los cinco soles" y narra que cada mundo, cada Sol, fue destruido y después reconstruido; cuenta la leyenda que actualmente vivimos en el quinto Sol, es decir, el mundo ha existido y fue reconstruido cuatro veces.

Durante la guerra de conquista también se acabó el mundo y la cosmogonía tal y como la concebían los mexicas, los antiguos mexicanos. De hecho ahora la raza dominante en México somos los mestizos, ni indígenas ni europeos.

Creo que se puede decir que un mundo fue destruido y ahora estamos en otro (si es mejor o peor depende de nosotros); pero también es justo pensar que ahora vivimos bajo el sexto sol.

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