- Serías una magnífica Carmen.
- ¿Cuál Carmen?
- La de Bizet, de la ópera Carmen. Si yo la tuviera que imaginar, ella sería como tú: morena, no muy alta, delgada, con un peinado y una sonrisa que muestran su independencia, su libertad.
- Pero ella no tendría los ojos verdes...
Mientras fija sus intensos ojos café sobre mi mirar, me concentro en su rostro surcado por arrugas, poco a poco ajado por el paso del tiempo y la experiencia, su sonrisa a la vez infantil y madura.
- No, no creo que ella tuviera los ojos verdes. O quién sabe, era gitana, pero europea.
- ¿Y después de todo, qué hizo ella?
- Nada. La ópera trata de Carmen, una gitana española muy bella y enamoradiza, pero que siempre conserva rabiosamente su libertad. Un soldado del ejército español se enamora de ella, y ella de él por un tiempo, pero luego ella se enamora de un torero y todo termina en tragedia. El mensaje de la ópera es que el amor debe ser libre, como la voluntad humana; no se puede reclamar o pedir propiedad sobre él.
Ahora fui yo quien llené mis ojos con su figura, su rostro, sus rasgos tan masculinos acentuados por un bigote bien cuidado pero salvaje y que clama su libertad, sus canas mal ocultas por un tinte traicionero y su mirada siempre tan profunda, tan sabia, pupilas que reflejan un alma tan viva, tan llena de vivencias.
Dicen que las mujeres tenemos un laberinto en el corazón tan complejo y lleno de recovecos que haría que el mítico laberinto cretense construido por Dédalo quedara reducido a un cursi escondrijo de jardín. Dicen que nuestros secretos forman un mar tan profundo e insondable como nuestros sentimientos.
Quizá sea así, y a veces conozco a hombres los cuales me gustaría que navegaran por esos mares.
- Y piensas que yo podría ser Carmen.
- Sí, no me es difícil imaginarte con una falda amplia sonriendo, bailando y cantando La Habanera.
- ¿Cómo va?
- No me la sé toda, pero el estribillo principal es:
“si tu ne m'aimes pas, je t'aime, si je t'aime, prends garde à toi!”
- ¿Y qué quiere decir? (muchas veces me odio por ser tan burra).
- “Si tú no me quieres, yo te amaré, mas si yo te amo, ¡ponte en guardia!”
- Esa Carmen debe haber sido una mujer admirable.
Bitia 2431.14
No hay comentarios:
Publicar un comentario