Es en este siglo XXI que la humanidad enfenta su reto más formidable, peligroso y extraño: la sobrepoblación.
Es el más formidable porque nunca nos habíamos enfrentado a algo así y a sus implicaciones en todas la historia. La mayoría de las amenazas aparentes o reales que afectan el futuro (contaminación, calentamiento global, guerra, OGMs –Organismos Genéticamente Modificados–, etc.) son tan sólo un síntoma de la sobrepoblación humana (aparte de que este fenómeno acarrea consigo múltiples amenazas sanitarias y sociales: sobrepoblación de mascotas –muchas veces ferales– y fauna nociva, degradación social y violencia física y sicológica).
El argumento que más se usa para tratar de desdeñar el problema es establecer que toda la población humana podría caber en el estado de Texas, en Estados Unidos de América. Es tan fácil desarticular este argumento que lo considero un ejercicio oscioso, tan sólo mencionaré que el problema no es de espacio, sino de recursos y su distribución (también se puede aplicar el contra-argumento de que "y si mi abuelita tuviera ruedas, sería bicicleta" o de masturbación mental, pero no tiene caso llegar a esos extremos).
El punto que me llamó la atención y que quiero mencionar es el del apocalipsis IA. En el vox populi todavía ronda el fantasma del complejo Frankenstein, esto es, el temor de que nuestras creaciones se vuelvan contra nosotros, de que las IAs se organicen en una especie de Skynet y construyan robots asesinos tipo Terminator que exterminen la humanidad; pero el verdadero apocalipsis ya lleva años ocurriendo, se está dando de forma muy diferente a lo imaginado y los humanos nos estamos adaptando muy lentamente.
Me refiero al desplazamiento laboral por parte de las IAs: las IAs están tomando todos nuestros trabajos. Desde principios del siglo 19 cuando los "anti-automatización" se autodefinieron como "luditas" y empezaron a destruir máquinas (principalmente telares) y quemaron fábricas hasta llegar al "Unabomber" (Ted Kacynsky) que enviaba cartas-bomba porque consideraba que la revolución industrial había echado a perder la humanidad, siempre ha habido intentos (a veces violentos y a veces de protesta) de parar a las máquinas. Mala idea. El avance de la civilización no se puede parar. Cierto que los telares mecánicos y la automatización textil dejó a muchos sin trabajo, pero actualmente podemos disfrutar telas elásticas, que no se arrugan, impermeables, que no se encogen, en fin,sin los límites que se tenían antes; a fines del siglo 19 había muchas personas cuya profesión era "calcular" o "computar" (las computadoras eran principalmente mujeres empladas por el Imperio Británico), hoy todas nuestras computadoras son máquinas electrónicas totalmente fiables y capaces de hacer miles de millones de cálculos en un segundo, pero hoy ya no existen las mujeres (u hombres) computadora. En unos cuantos años (unas cuantas décadas, en el caso de México), van a empezar a dominar los automóviles de conducción automática, es decir, autos conducidos por máquinas, por IAs: van a disminuir en más del 90% los accidentes automovilísticos, todos los viajes van a ser mucho más seguros sin importar el estado de salud física o sicológica del conductor (cansancio, intoxicación, enojo, frustración o simple distracción), el transporte de combustibles ya no va a implicar un peligro mayor y van a poder hacerse con gran eficiencia y seguridad (obviamente, la seguridad nunca va a llegar al 100%), pero esto implica que ya no va a haber choferes o transportistas humanos. Se va a cerrar esa vía laboral, lo que implica un gran aumento de problemática social.
Y a pesar de todo lo que se nos viene encima, seguimos aumentando la presión y densidad social. Es claro que hay vias de reordenación laboral, pero no sé si son suficientes o tienen suficiente capacidad para todos.
Nadie puede predecir el futuro o lo que va a pasar, pero lo que es seguro es que los tiempos futuros van a ser muy interesantes.
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