domingo, septiembre 14, 2008

La nueva industria americana.

Durante muchos años los estadounidenses (autodenominados "americanos", nombre que ha pegado en todo el mundo sin considerar que "americano" es cualquiera que viva en América) han centrado todos sus esfuerzos en autodestruir su fuerza industrial, social e intelectual.

A principios de este siglo XXI ya estamos viendo resultados de este comportamiento: su ventaja tecnológica depende de toda la población migrante; todas su fábicas y fuerza industrial han sido sobrepasadas por otros países (solamente como ejemplo: Japón domina su mercado de electrónica de consumo). En fin, para no perderme entre tantos ejemplos, me voy a concentrar en algunos de los puntos que todavía dominan: la cinematografía y la música (vistos no tanto como arte, sino como industria).

El propio Hollywood liberó dos películas donde se ven a sí mismos de forma -bueno, así lo consideraron ellos- interesante "Get Shorty" (Barry Sonnenfeld, 1995) y "Be Cool" (F. Gary Gray, 1995, considerado la segunda parte de Get Shorty) dedicadas al negocio del cine y la música, respectivamente pero vistos desde una perspectiva gangsteril.

Cuando un negocio exitoso y que produce mucho dinero se deja en manos de mercaderes, especuladores y gangsters, se obtienen negocios enfocados al mercado y a los gustos de moda y se dejan de lado los aspectos artísticos y de trascendencia; y cuando encima se le quita el mando a la gente que realmente está interesada y que está capacitada, resulta un negocio condenado, que algún día ya no va a dar resultado y que va a ser sobrepasado en el futuro.

Pero todo esto es una reflexión a partir de un par de películas maletas y exageradas y, dado que yo no soy estadounidense, dudo que mi opinión pudiera tener algún valor.

Espero que haya gente a la que SÍ le interese antes de ser afectados.

2747.04

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